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Si ese es el diagnóstico que os ha dado vuestro veterinario no debéis asustaros.

Es un defecto congénito pero de fácil solución quirúrgica. Se trata de un “orificio” en la pared muscular abdominal, en la zona del ombligo.

Durante el desarrollo del cachorro en el vientre de la madre éste recibe el alimento para crecer a través del cordón umbilical. Viene a ser un tubo de conexión vascular entre el exterior del cachorro y su interior.

Al cabo de pocos días del parto ese “tubo” se seca y cae. Si se mantiene una zona muscular abierta en esa zona le llamamos Hernia umbilical.

Si esa zona se agrandara podrían llegar a salir las vísceras del animal hacia fuera e incluso girarse sobre si mismas, que es lo que llamamos”hernia estrangulada” y es una situación de emergencia.

Mediante cirugía se cierra fácilmente ese orificio subcutáneo situado en la zona del ombligo.