Entre el fémur y la tibia, y detrás de la rótula (rodilla) existen una serie de ligamentos que debido a una tensión brusca y fuerte (por ejemplo un salto) pueden romperse. De éstos los que se rompen con mayor frecuencia son los ligamentos cruzados (craneomedial y caudolateral).
Lo que observaremos en nuestro Bulldog es una cojera súbita, es decir después de un juego o ejercicio “intenso” nuestra mascota alza una pata posterior y si queremos hacer que apoye suele claudicar. En otras ocasiones la rotura se debe a debilitamiento del ligamento por cambios degenerativos que se acompañan de cojera de aparición más paulatina o intermitente.
Además de la cojera que observaremos en nuestro Bulldog y debido a la inestabilidad de la rodilla aparece enfermedad articular degenerativa que empeora el cuadro.
El tratamiento de elección siempre es la estabilización quirúrgica de la zona, bien reemplazando el ligamento por prótesis de nylon, fascia muscular u otros.
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